miércoles, 29 de febrero de 2012

1 de marzo y la Lista de Sinde-Wert

Mañana mismo entra en vigor la ley Sinde-Wert.


En señal de protesta contra esta aberración legal, Hacktivistas ha puesto en marcha una iniciativa llamada la Lista Sinde-Wert a través de la web wertdeenlaces.net.

¿En qué consiste? Muy sencillo. Se trata de enlazar, desde la mayor cantidad de blogs y páginas posibles, una obra (de un artista que se opone frontalmente a esta ley) protegida con derechos de autor que ha sido previamente subida a un cyberlocker; las direcciones de esas webs se registran en la mencionada “Wert de Enlaces” que actualiza periódicamente una lista con todas las páginas que están enlazando a esa obra sin el permiso explícito del autor.

Cuando la ley entre en vigor el autor de dicha creación denunciará ante la Sección Segunda (el núcleo de la comisión administrativa creada para saltarse al poder judicial a la hora de determinar si enlazar es ilícito o no) que su obra está siendo enlazada sin su consentimiento expreso desde todas las páginas que constan en la Lista Sinde-Wert.

La intención es la de colapsar el sistema demostrando que en la práctica es imposible perseguir a todas las webs que enlazan a contenidos protegidos, y que intentar controlar la distribución de las copias digitales supone una pérdida incalculable de tiempo, recursos económicos (no olvidemos que todo esto se paga con nuestros impuestos) y que al final no sirve absolutamente para nada.

Si la comisión hace caso omiso de la denuncia se demostrará definitivamente que la Ley Sinde-Wert ha sido únicamente creada para defender el negocio de unos pocos amigotes multimillonarios y, de paso, por si hiciera falta en un futuro, tener una excusa con la que cerrar webs “molestas”.

"¿Pero si el autor “está en el ajo” no significa que consiente que su obra esté siendo enlazada?"

Aunque se haga en connivencia con el autor ni él ni las entidades de gestión han dado el consentimiento exigido por esta ley para que esa obra sea enlazada indiscriminadamente desde las webs que participan en la iniciativa; él sabe que su obra está siendo enlazada pero sobre las bases que sostiene la nueva normativa las webs no cuentan con el permiso requerido y necesario para evitar la sanción, por lo que la denuncia por estar enlazando una obra sin el permiso del autor es totalmente válida.

En la columna de la derecha se puede ver un widget con el enlace de la descarga, esta es una web de enlaces.


Antecedentes

Recordemos que la Ley de Propiedad Intelectual “de verdad” contempla varios usos de una obra para los que no se necesita autorización por parte de los titulares de los derechos de autor, como el de derecho a Copia Privada, cuyos perjuicios a la industria se compensan gravando todos los medios de reproducción y copia con la archiconocida compensación por copia privada o canon (declarado ilegal por el Tribunal de Justicia de la UE y que ahora sale de losPresupuestos del Estado disfrazado con un montón de eufemismos).

La Ley Sinde surgió porque ante las demandas que la industria ha ido interponiendo sucesivamente a los usuarios, programadores y webmasters (por ese orden) los jueces han estado, caso sí y caso también, dando la razón a estos últimos; quedando las acciones de subir/descargar (sin ánimo de lucro) y enlazar (con o sin ánimo de lucro) fuera ser constitutivas de delito.

Lo primero pasó, digamos, a entrar dentro del marco de la copia privada y lo segundo fue comprendido y considerado por los jueces como lo que es, una simple “agenda de direcciones”.

Cuando el poder Ejecutivo vio que los jueces no estaban interpretando las leyes como la industria quería que fueran interpretadas fue cuando pusieron sobre la mesa el primer borrador de la Ley Sinde, siempre bajo la presión y colaboración de los lobbies españoles y estadounidenses.


En resumen...

“¿Una breve explicación en tres líneas, pa' tontos?”

Hasta ahora estaba en poder de los jueces decidir si enlazar era delito o no, y llevan años y años diciendo que NO. Lo que hace esta nueva ley es crear una comisión independiente del poder judicial que será la que ahora se encargue de estimar si enlazar es ilícito.

“¿No había un juez? ¿Qué papel tiene? En tres líneas, no te enrolles.”

Una vez puesta la denuncia el juez tendrá un brevísimo plazo para determinar si en esa web se hace uso o no del derecho a la libertad de expresión, de ser así no podrá cerrarse y de no ser así la comisión tendría luz verde para cerrar la página.

“¿Por qué es peligrosa para la libertad de expresión si hay un juez que velará por ella?”

Para cuando el juez entra en juego la comisión ya ha considerado por su cuenta que la web denunciada vulnera los derechos de autor y por lo tanto es ilegal; a partir de ahí el plazo que tiene el magistrado para decidir sobre el asunto de la libertad de expresión es muy breve y no ofrece suficientes garantías. La web podría cerrarse en cuestión de días.

“¿Por qué es una chapuza?”

Porque en lugar de modificar la Ley de Propiedad Intelectual, aunque fuera para favorecer a las multinacionales y no a la sociedad, lo que han hecho ha sido puentear las decisiones de los jueces mediante un organismo claramente interesado, sin tocar la LPI.

“¿Por qué es absurda?”

Para explicarlo transcribo un comentario de un internauta en el blog de Enrique Dans.


Krigan
31.12.2011 a las 01:44
Permalink
"La parte divertida empieza ahora.
- ¿Qué harán los comisarios políticos con las webs que ya han sido absueltas? Si se les ocurre cerrar una web ya juzgada, absuelta, y con la vía del recurso ya agotada (hay varios casos) preveo una demanda por prevaricación.
- ¿Qué hará el gobierno cuando las webs bloqueadas se salten el bloqueo como quien se chupa un caramelo?
- ¿Qué hará el gobierno cuando al juez-florero le manden una web en cuyo cierre sí se vea afectada la libertad de expresión? Queda muy bonito prohibirle al juez que decida si la web es legal, pero en el mismo momento en que le presenten una web cuyo cierre afecte a la libertad de expresión al juez no le quedará más remedio que denegar el cierre administrativo, y los webmasters no son tontos, van a meter en sus webs toda la “expresión” que puedan. Algunas no necesitan meter nada, ya tienen foros muy activos en los que se habla de muchos temas.
- (...)
- ¿Qué hará el gobierno cuando las webs de enlaces le envíen copia de los mismos a sus usuarios por correo electrónico? Queda muy bonito ordenarle a una web que retire un enlace, pero esa web no va a poder retirar el enlace de los correos ya enviados. En este sentido, tener una cuenta de Gmail será genial: capacidad sobrada para almacenar miles de correos, un filtro para mandarlos a una carpeta especial, y el sistema de búsqueda de Gmail para encontrar en tus correos el que tiene el enlace al quinto episodio de la tercera temporada de Lost, que Series Juanito te envío la semana pasada, o tal vez hace un año.
Ya que estos no han querido aprender por las buenas, van a aprender por las malas. La guerra de los enlaces ha comenzado."

viernes, 27 de enero de 2012

Sobre el cierre de Megaupload

#20 - Megaupload
Foto con licencia C.C. por Ricard Cuplés


Antes de escribir artículos de opinión me gusta recopilar hechos, empaparme de las opiniones de los demás y ver diferentes puntos de vista; ni vivo de esto, ni me sobra el tiempo, exponer lo que pasa por mi mente es una simple afición por lo que prefiero dejar enfriar las cosas y digerirlas tranquilamente antes de decir lo que pienso, así que tras esta justificación por el retraso ahí va mi disertación sobre el "caso Megaupload":


Marco legal y “moral”.

Si las acusaciones sobre Kim Dotcom Schmitz y su equipo son ciertas me parecerá lógico que acabe con sus huesos en la cárcel, pero no hemos de pasar por alto que habrá sido juzgado y encarcelado por unas leyes del copyright que no están adaptadas a la realidad digital.

Hay quien pone en tela de juicio la moralidad de lo que ha venido haciendo el dueño de Megaupload todo este tiempo aludiendo a que se estaba lucrando con el trabajo de los demás. Sin embargo esta “moralidad” viene condicionada por el marco legal, la única diferencia es el contrato que hay de por medio; no es una diferencia pequeña con la ley en la mano, sin embargo son la rigidez del copyright y la escasa oferta las que no dejan más alternativas; no podemos ignorar que MU no estaba perjudicando tanto a los artistas como a los agentes, es la supervivencia de esos terceros la que peligra con el intercambio de archivos; sin querer subestimar el protagonismo de éstos, centrar el argumento únicamente en los autores me resulta, cuanto menos, simplista.

Del mismo modo que hay una gran diferencia entre haber o no un contrato asfixiante de por medio; también hay una gran diferencia entre lo que es legal y lo que es justo, y en mi opinión privarle a la sociedad de una herramienta lícita sólo para favorecer a una industria que se muere está muy lejos de ser justo.

Megaupload ha estado operando al borde de la legalidad en un mundo con unas leyes al borde del surrealismo, como hizo la mismísima HOLLYWOOD en su gestación cuando no quería pagarle a Thomas Edison por sus patentes. Ambas tienen en común que, a base de saltarse las normas del juego, han acercado la cultura al pueblo en perjuicio de una pequeña élite, con la excepción de que a una de ellas se le ha dado el poder suficiente como para intentar parar el curso natural de las cosas.

Inseguridad jurídica.

A la espera de una sentencia el caso Megaupload deja en el limbo a ciertas empresas online que siguen en funcionamiento y desincentiva la creación de otras nuevas por miedo a que se las pueda relacionar con infracciones del copyright. A lo mejor todo vuelve a su cauce, pero de un modo u otro se ha sentado un precedente muy peligroso y si finalmente se condena a Kim dudo que la situación no vaya a peor en la red ya que otros sites como Rapidshare, Mediafire o incluso Dropbox podrían ser los siguientes, de hecho algunos ya están en el punto de mira de las autoridades estadounidenses.

Los cyberlockers son un instrumento perfectamente legal para el almacenaje y gestión de archivos en la nube, que “algunos usuarios” los usen para compartir archivos protegidos no la convierte en ilegal y, por lo tanto, tampoco convierte en delincuente a quien la creo. Es como si (y aquí viene el argumento populista) parasen de repente la venta de cuchillos y empapelaran a sus fabricantes sólo porque “hay algunas personas” que los usan para matar, si eso ocurriera pondría contra las cuerdas a todos los fabricantes de utensilios potencialmente peligrosos.

Cuando una persona usa una herramienta para "el mal" siempre se persigue al individuo, ni a la herramienta, ni mucho menos al que la fabricó; pero como en Internet resulta imposible (por el volumen y por el derecho a la intimidad) ir a por todas y cada una de las personas que usan este tipo de páginas (50 millones diarios sólo en Megaupload) han decidido mutilar sus derechos e ir directamente a por el facilitador. Teniendo en cuenta que Megaupload no era un utensilio usado para matar ni robar, sino para almacenar y copiar archivos a través de una vía globalmente aceptada, la situación resulta poco menos que absurda.

Si miles de millones de personas son consideradas criminales por participar en un intercambio que aceptan como algo natural, es evidente que hay algo en el sistema que no está funcionando como es debido.

Los beneficios de la empresa de Dotcom, así como las inverosímiles cifras “de perjuicios económicos” que dice el auto de la detención que MU ha causado a la industria, hacen que broten a la vez una pregunta sin respuesta y una respuesta que las major se niegan a oír.

La pregunta es, si tantas ganancias reportan este tipo de negocios online ¿Por qué la industria no ha montado el suyo?

La respuesta a la que hacía referencia contesta a todos aquellos que ven a los ciudadanos como tacaños malhechores que lo quieren todo gratis, el simple hecho de que los usuarios pagasen por los servicios Premium de estas plataformas pone de manifiesto que los consumidores pagan por lo que consideran que vale la pena. Esto, que resulta evidente para cualquiera con dos dedos de frente y un poco de visión comercial, no resulta tan evidente para las multinacionales del entretenimiento.

El blackout que enfrió la SOPA.

Aunque algunas personalidades de la red consideran que es “pura casualidad” el hecho de que Kimble fuera detenido el día después de que la presión social provocara que 23 senadores retiraran su apoyo de la polémica ley, yo soy más de la opinión de que nada que tenga que ver con dinero y poder es fortuito.

Una operación así no se hace de la noche a la mañana, eso es evidente, llevaban tiempo siguiendo los movimientos del dueño del “imperio Mega”, por ello considero que pensar que un hecho no tiene nada que ver con el otro es ingenuo, la industria audiovisual necesitaba una cabeza de turco y contaban con un “as en la manga”, la reacción ante la SOPA fue un resorte y saltó en el momento justo. Sí, son divagaciones, jugar al “y si”, pero, como he dicho, no creo en las casualidades cuando hay tantísimo en juego.

En otro orden de cosas, la operación del FBI deja en evidencia la obsesión por crear normas aún más severas como la SOPA, la Protect-IP o el ACTA ¿Para qué es necesario proponer este tipo de leyes si las actuales ya permiten actuaciones como esta?

Megabox.

Mega amenazaba con convertirse en una alternativa viable para competir con las discográficas gracias a Megabox, un servicio de descargas musicales que, en principio, obtendría sus ingresos de publicidad y servicios de pago y remuneraría a los artistas con el 90% en función de cuántas veces hubiera sido descargada su obra. Si esto recrudeció las presiones de los lobbies para acelerar la actuación contra Kim es algo que no sabremos nunca y no merece la pena divagar sobre ello, lo que está claro es que este imperio no sólo incomodaba por las descargas


Aunque por sí sólo esto no haga “tambalear los cimientos de la industria”, el mero planteamiento de un modelo así ya debería empezar a despertar conciencias.

El personaje.

Kim Schmitz no era un santo varón precisamente, al menos no lo fue antes de montar sus webs. Su biografía no deja lugar a dudas sobre ello, fue condenado por abuso de información y malversación en 2002 y 2003 respectivamente y ya pagó por aquellos pecados. La discusión que se plantea no debería tener nada que ver con el personaje, es mucho más importante que todo eso; sin embargo, desde los medios, se nos ha presentado a Kimble como un “villano de película”, se ha usado su estilo de vida para menoscabar la trascendencia de la cuestión; plantearse si lo que hacía era bueno, malo o cuestionable y las consecuencias que pueda acarrear este caso para el futuro de Internet no son cosas relevantes, lo relevante es que “era gordo y vivía a todo tren”.

Si se hubiera tratado de alguien más “campechano” habría otras cuestiones, las verdaderamente importantes, sobre la mesa, pero su turbio pasado y su excentricidad lo han convertido en carnaza para el sensacionalismo.


No digo que sea culpable o inocente, eso lo decidirá un juez, ni mucho menos trato de salvar su reputación, sólo digo que la relevancia de lo ocurrido va más allá de las extravagancias de un hombre.