Desde que empecé a asistir a conciertos mi forma de ver la música cambió por completo y me llevó a vivirla en base a la máxima de que uno no tiene artistas favoritos hasta que no los ha visto en directo...o al menos escuchado en youtube.
Es realmente impresionante cómo la actitud y la calidad de un grupo en vivo puede cambiar, para bien o para mal, la percepción que tenemos de él, es el acercamiento del creador a su fan y del poder que tiene la música de reunir a la gente para disfrutar de ella, el directo es su quintaesencia.
Y es que, cuando se manifiesta de esta manera, no todo el arte está en el sonido. Cuando escuchamos un CD o un MP3 todo lo percibimos por el oído, pero en directo entran en juego casi todos los sentidos, sumados a otros sentimientos que no se viven en el salón de casa.
Así la puesta en escena; el cómo interactúan los artistas con sus fans, invitándoles a participar en coros; las improvisaciones y, por supuesto, la entrega de la gente...le resta protagonismo al sonido y le da un valor añadido al todo que no se puede explicar con palabras.
Hay géneros y géneros, y este cúmulo de sensibilidades tendrá más peso en unos que en otros, pero no cabe duda de que una vez has ido a un concierto los discos ya no suenan igual, mejor o peor, pero no igual...
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